Mi primer milagro después de tanto intento, se llama Sofía, para ella quise la habitación perfecta, la cuna perfecta, la decoración perfecta, y empecé hace exactamente dos años y aún estoy en ello. Eso sí, para mí ella fue y siempre será, perfecta.
Ser madre es lo mejor que ha podido pasarme. No me cambió la vida, me dio una vida nueva. Es cierto que dejé de hacer algunas cosas, pero aprendí otras tantas que son maravillosas, que me gustan más y que extrañaría si dejara de hacer. Entre mis pasiones están mis hijos, el punto de cruz y la lectura... cada vez dedico menos a los dos últimos porque dedico más a los primeros... pero sin duda es lo que más disfruto.
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